Encantad@s

Encantad@s de conocerse:

Dicesé del individuo que suele mirar desde dos escalones por encima, el mundo que los rodea, aunque su único merito vital haya sido, ganar una carrera de camellos en la tómbola de la feria de su pueblo.

Quede claro que con esta definición “subgeneris” no me refiero a ese bucle de autoestima que se mantiene vivo en nuestro cerebro y que a su vez nos prevé de la autoestima necesaria para arrancar cada mañana a nuestras labores cotidianas.Quiero    hacer referencia de esa categoría freudiana que nos rodea continuamente y que cualquiera es capaz de localizar, detectar y somatizar cada día .Como muestra un botón y no me digan que no es fácil apreciar por ejemplo  en la cola de la carnicería del lidl  a esa mujer alicatada hasta el techo, resoplando por tener que hacer cola como los demás, con el fin de comprar cien gramos de jamón en tacos gordos o esa funcionaria  de cualquier agencia tributaria que se precie que tras sus dos horas de desayuno correspondiente llega cargada con las bolsas del súper, mirando de soslayo a la cola que le espera.

También es fácil descubrir la “estupenda” que no se besa por que no llega, observable en cualquier tienda de moda doblando ropa, como si fuera un hobbi como otro, esperando el príncipe azul que le reconozca su verdadera  valía y la retire a su castillo.

 

Uno de los casos que mas me han sorprendido de cuantos he visto fue  durante mi periplo hostelero en la universidad , recuerdo aquel conserje que se ponía la bata blanca de los docentes solo para bajar a tomar café en los descansos, ejercía  también el papel, que hasta yo tenia dudas de su labor en la escuela, que no era otra que barrer y recoger , apagar las luces y cerrar.Mas tarde me contaron que había veces que hacia las labores (mamporrero) del Profe de turno controlando las practicas y recogiendo exámenes cuando este por alguna causa (habitual) no podía venir, de ahí su confusión imagino.

 

Creo que todos ocupamos con nuestro trabajo un importante lugar en la sociedad, para mi, con la misma necesidad unos que otros e igual de importantes dependiendo del nivel de conocimiento del oficio, (que os voy a contar yo soy camarero) pero ya esta bien de aguantar petard@s a nuestro alrededor o cuanto menos darles un toque de vez en cuando para que se den cuenta que después de ellos también hay vida.

 

Al final la realidad nos hace ver que el grado de “encantamiento” es inversamente proporcional al nivel cultural, económico  o social del individuo algo que no deja de reconfortarnos un poco a los que tenemos que aguantarlos diariamente que por desgracia somos todos y si no mira a tu alrededor y veras como te acuerdas de mi, por otra parte como dijo mi amigo toñin- la tontería es libre y cada uno coge la que quiere-.